Después de borrar el pesado, sacudirme la pereza, ponerme las pilas y sonreír nuevamente.
Que mas me queda que compartir mis locuras, grandes o pequeñas.
A final de cuentas, alma mía de que sirve tener las herramientas y tenerlas en el cajón.
Que brille la luna y en su forma de cuna, arrulle la buena fortuna.
Que brinquen conejos por doquier que el destino me ha venido a ver.
Comencemos el viaje
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